Una de las preocupaciones más habituales de todas las personas se genera durante los ingresos y los egresos al domicilio. Cuando se trata de un edificio, la preocupación se multiplica por la cantidad de propietarios (o inquilinos) que viven en el lugar y, si bien estar siempre atentos es prácticamente una obligación, lo cierto es que muchas veces puede haber despistes que juegan una mala pasada.

Entre la variedad de servicios que pueden utilizarse para brindar una mayor calidad de vida, nunca podemos dejar de mencionar el enorme efecto de las cámaras de vigilancia, ya que son el principal motivo por el cual un ilícito deja de cometerse.

Y es que entre los muchos beneficios que brinda un sistema de este tipo, el más importante es quizá la prevención de los robos porque, al estar vigilados los ingresos, la acción de los delincuentes es menos probable.

Sin dudas la tecnología cada vez nos da mayores posibilidades, y al clásico portero presencial hoy se le suma una variante que tiene como principal misión la seguridad de los clientes reduciendo los gastos administrativos.

Se trata de un sistema de vigilancia y monitoreo sumamente eficaz que previene el delito y asegura la protección del lugar. Por solo mencionar algunas de sus principales ventajas, podemos hablar del monitoreo constante y el aviso al agente en caso de que haya algún movimiento, la capacidad de poder dar la apertura y el cierre de puertas de manera remota para entradas vehiculares y rampas, envío de emergencias de manera inmediata en cualquier caso que lo requiera, la capacidad del agente para dar disuasión auditiva mediante perifoneo, o simplemente la atención a visitantes o servicios. Si al abaratamiento de los costos le sumamos que el número final se divide entre todos las personas que viven en el lugar, lo cierto es que no hay muchos motivos para pensarlo dos veces.